Ubuntu
Envalentonado por el cine empecé a intentar meterme al mundo del hacking. Arranqué por algunos foros públicos llenos de gente que ingresa para aprender cómo entrar al mail de su pareja o como destruir con un virus demoledor la pc del jefe. La gran mayoría de los programas funcionan sobre Linux y recomendaban instalar Ubuntu por ser una distribución amigable para los que recién comenzábamos.
En aquel entonces buscaba incorporar la mayor cantidad de conocimiento técnico posible, estaba convencido de que mayor conocimiento era igual a mayores oportunidades profesionales y esto es una verdad a medias, no hay conocimiento técnico que de por sí nos convierta en profesionales destacados. Más tarde aprendería los conceptos de determinismo tecnológico y competencias profesionales, pero todavía no había llegado “ahí”.
Al nacer los seres humanos somos incapaces de sobrevivir por nosotros mismos, aún en las condiciones ambientales más favorables necesitamos ser arropados, alimentados, abrazados, protegidos. Tienen que pasar una cantidad importante de años para que nuestro desarrollo psicofísico nos permita tener cierta autonomía y a partir de ese punto “tomar nuestras propias decisiones”. Pero estas siempre van a ocurrir dentro del marco de posibilidades que nos otorga nuestra crianza o en palabras de Jean Paul Sartre “Cada hombre es lo que hace con lo que hicieron de él”
Entonces podemos decir que somos seres sociales por naturaleza, cargamos con las creencias propias que se formaron a partir de nuestros antepasados y las instituciones que nos preceden. Nuestra identidad se conforma a través de los vínculos, es imposible entender quiénes somos sin un “otro”. No importa que tan autodidacta seas, alguien te enseño a usar el cepillo de dientes y seguramente fue la misma persona que lo compró y te contó el beneficio de usarlo 3 veces por día.
Hará aproximadamente 2 años se me ocurrió investigar el significado del término Ubuntu porque alguien alguna vez me había mencionado que significaba algo bello. Resultó ser una regla ética sudafricana que proclama la cooperación, la lealtad y la empatía. Surge del dicho popular “umuntu, ngumuntu, ngabantu”, que en zulú significa “una persona es una persona a causa de las demás. La activista pacifista de Liberia, Leymah Gbowee lo interpreta como “Yo soy porque nosotros somos”
Desde ese entonces agradezco a todo mi entorno cada logro personal en mi vida. En apariencia algunos pueden parecer el resultado de mi esfuerzo, por tratarse de actividades que se realizan en solitario, pero sería un recorte de la historia completa. No hay nada que haya logrado en mi vida que sea un resultado individual, siempre se explica por ser parte de una pareja, una familia, un grupo de amigos, compañeros de estudio, un equipo de trabajo.
No es que no crea que no haya personas que a igualdad de condiciones tengan un plus, una chispa, un “algo” que les permite lograr resultados que sobresalen de la media, pero en mi caso al mirar atrás el viaje que supuso los últimos 6 años en mi desarrollo profesional, no puedo más que agradecer a tanta gente que lo hizo posible y no logro determinar si mi esfuerzo fue causa o consecuencia o cuanto de ese esfuerzo solo fue posible por ser parte una comunidad que lo permite.
Trabajar en equipo no es una moda, una imposición, una norma moral, o un medio para un fin, para mi es mucho más, es entendernos como el entramado de un tejido más grande, donde las fronteras son difusas, donde el colectivo y el individuo no compiten, se entienden como parte de un todo. Es sentir que
“Yo soy porque nosotros somos”
Este artículo forma parte de una serie de tres, siendo el primero “Te pago por pensar” y el segundo ¿Qué hacemos con nuestro centímetro de poder?. A su vez todos forman parte de una serie ensayos llamados Reflexiones desde la ducha si querés ver otros artículos 👉 https://medium.com/reflexiones-desde-la-ducha
Gracias por leerme 🖋
