El dinosaurio de Susana
Era el año 1993 y la conductora de Televisión argentina Susana Giménez entrevistaba a una persona encargada de una exposición sobre dinosaurios, durante la entrevista se dio el siguiente diálogo:
Entrevistada: “Hemos traído un dinosaurio de la Patagonia”
Entrevistadora: “¿En serio? ¿Vivo?
Acto seguido el estudio de televisión estalló en risas, a las que se sumaron la entrevistada y la entrevistadora. (Link del video para el que nunca lo haya visto)
A partir de ese momento pasó a formar parte de la cultura popular como tantas otras frases célebres de famosos y famosas, en una época pre-meme. Hoy día es habitual en algunos ámbitos de la sociedad argentina, recibir, ante una pregunta aparentemente absurda, chicanas en tono jocoso que hagan referencia al dinosaurio vivo de Susana.
Existen distintos espacios donde el error es parte del aprendizaje, donde saber decir “no sé” está bien visto y donde las preguntas se valoran más que las respuestas.
A faltas de recursos para hacer un estudio amplio y representativo sobre los hábitos en nuestra sociedad, y a modo de experimento mental, intento imaginar qué respondería una parte considerable de nuestra sociedad si les hiciéramos las siguientes preguntas:
¿Qué tan seguido preguntás lo primero que se te viene a la mente?
¿Es habitual que hagas preguntas sin tener una respuesta preparada?
¿Cómo te sentís en el instante previo a responder “no sé”?
Existen numerosas muestras de que la sociedad en su conjunto declara que el error es parte fundamental del aprendizaje y de la innovación, no en vano Eric Ries lleva vendidos millones de ejemplares de su libro Lean Startup y las curriculas de enseñanza media y superior se están reformulando en todo el globo para lograr cambiar el sistema de enseñanza formal que se diseñó para dar respuesta a una sociedad industrial.
¿Pero es tan así? Es tentador generalizar o extrapolar lo que se vive en un determinado ámbito a una sociedad en su conjunto. Pero cuando se nos interroga sobre este tema, ¿respondemos de forma transparente o lo hacemos pensando en la persona que nos gustaría ser? ¿Qué lugar ocupa el error en nuestra vida en esos momentos donde nadie nos mira?¿Cuantos recuerdos lindos tenemos presentes donde el error sea protagonista y no un mero actor secundario? Por lo pronto, ayer le dije a una amiga “¿Vivo?” Como guiño por lo absurda de su pregunta. Se río, me reí, todos reímos.